Se ha descubierto con el paso del tiempo que el vidrio más o menos coloreado tiene una gran importancia en la protección del vino de la acción de la luz. En función de la intensidad del color y del matiz del vidrio, la botella dejará pasar más o menos radiaciones del espectro.
El vidrio blanco, detiene las radiaciones ultravioletas y parcialmente las violeta y es atravesado por las demás radiaciones.
El vidrio verde detiene mejor el ultravioleta y el violeta, deja pasar pocas radiaciones azules y muchas amarillas, reteniendo muchas otras, por lo cual, el vino queda más protegido. Por eso, el txakolí blanco y vinos blancos no van en botella blanca porque envejecen antes que en las verdes. En botella verde toman mejor aroma y están protegidos contra las quiebras cúpricas. También los vinos tintos se desarrollan mejor en botella oscura.
No obstante en el color de la botella, aparte de una buena conservación, se busca mucho hoy día la estética y poder observar el color del vino que se guarda dentro.
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