lunes, 12 de julio de 2010

SALINAS DE AÑANA: Pueblo con encanto






El pasado domingo se clausuró en Salinas de Añana la fiesta de la Sal y que ha durado dos días. Dos intensos días con visitas y actos que a nadie dejó indiferente.



El domingo a la mañana, después de desayunar y para honrar al Señor me fui hasta Salinas con mi cómplice -mi marido- porque no me quería perder la visita guiada a las salinas, el mercado gastronómico y artesanal, charlar un rato con mi amigo Valentin, integrante de Sloow Food Araba. De Valentin puedo deciros -para los que no le conocéis- que hacer la visita guiada por el valle salado es un placer del que se recuerda siempre. Es como suelo decir cuando algo es especial: "caminar en lo diferente" y esa diferencia les distingue.

Tengo que añadir que la sal de Añana se encuentra entre los baluartes de Slow food, o lo que es lo mismo, única a nivel de este planeta tierra.

Estuve en el mercado solidario que organizó el Pueblo de Añana y digo el Pueblo porque Salinas de Añana tiene muy poquitos habitantes y todos muy unidos.

Nuestra visita se acabó sentados a la sombra, en la Taberna Gesaltsa, que regentan mis amigos Txetxu y Mikel. Gesaltsa para los que aún no os habéis acercado allí, está mirando al Valle Salado una vista que no tiene par. Mientras contemplaba las eras recordaba los tiempos pasados en los que un buen día llevé a mis hijos Arkaitz y Sugai cuando eran pequeños y evidentemente caminamos por lo diferente.

Allí nos juntamos con Leire Arana y sus hijas -que me recordaban de la visita a la Bodega- y un precioso bebe en su sillita y que me dijo era su sobrinito.

También aproveché la ocasión para saludar a Txetxu y a Mikel, con un Egunon y Agur únicamente, porque era imposible acercarte a la barra de la gente que estaba dentro.

Y mis últimas letras se las dedico a Leire porque nunca deja de sorprenderme: "Leire estás hecha una madraza. Te mereces lo mejor!. Estoy segura que tu papel en la Fundación del Valle Salado no dejará indiferente a nadie. Nunca pierdas el humor y esa sonrisa que te caracterizan, porque personas como tú refrescan muchos corazones; entre ellos el mío".


Como siempre fue un placer volver a Salinas de Añana.



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