sábado, 17 de julio de 2010

ORDUÑA: LAS PISCINAS MUNICIPALES

Ayer a la tarde después de una buena siesta -que me hacía falta- para recuperar el agotamiento físico que llevo arrastrando desde hace tiempo, había quedado con mi amigo Patxi para hablar de la huerta ecológica, o lo que es mejor, de su huerta a la que mima con cariño. Nada más aparcar mi todoterreno se sumó Inma la cocinera del Hotel los Arcos de Quejana que venia a interesarse por los productos Orduñako Zaporeak, con motivo del próximo evento que vamos a realizar en los Arcos de Quejana, y junto a ellos pasé un rato agradable porque ambos saben mucho de estos temas. Me encanta escuchar a las personas que tienen algo que transmitir. Así que, en lo relativo a carne de vacuno y hortalizas me puse al día.
La charla la tuvimos en el bar de las piscinas de Orduña que están situadas enfrente de la Granja de mi amigo Patxi, tranquilos sentados y bajo una sombrilla, que formaba parte del paisaje. Aquí entra en acción Antonio el señor que regenta las piscinas este año. Como me pareció agradable, también tuve ocasión de hablar con él y me enseñó entre otras cosas los vinos que tenía. Hablando de vinos, tiene un tinto de jumilla de 6 grados que este fin de semana lo cataré y le comentaré lo que me parece, aunque con seís grados ya le he dicho que: vino..... vino..... será otra cosa, pero lo que yo entiendo por vino no.
También tiene unas patatas fritas de agricultura ecológica de Trokoniz "que están de vicio" y para los que no sepan donde está el pueblo, aunque se lo puedan suponer ya, os lo comento.
Trokoniz está como es natural en La llanada Alavesa, a 10 kilómetros de Vitoria, pertenece al ayuntamiento de Iruzaiz-Gauna. Destaca la Iglesia San Vicente del siglo XVI y el Palacio de los González de Tronkoniz del mismo siglo.
Volviendo con Antonio, me mostró la carta veraniega para comer o cenar o simplemente mererdar en las piscinas, y no olvideís pedir de acompañamiento el txakolí gure ahaleginak, combinación perfecta, en un marco sin par como es el paraje de la Muera. Y es que vivir o visitar Orduña es caminar por lo diferente, y esa diferencia nos distingue.
En la foto que captó mi ojo crítico aparecen Antonio con su hija, mi amigo Patxi e Inma (cocinera del Hotel Los Arcos de Quejana).

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