LAGUARDIA Y HARO

Ayer después de desayunar decidimos irnos a Laguardia a pasar la mañana y disfrutar de sus fiestas: San Juan y San Pedro. Estando sentados Txetxu y yo en la terraza del Restaurante Bodegon de la Villa, tomando unos vinos mientras esperábamos para ver el encierro, sale del bar una chica disfrazada de racimo de uvas seguida de otras más y, cuando estaba a mi altura, el racimo de uvas me saluda. Flipaba preguntándome quien me podría conocer en Laguardia, y vaya, vaya, era Aintzine de Orduña, que sus amigas han aprovechado las fiestas de Laguardia para llevarla allí y celebrar su despedida de soltera.

Después del encierro, - que transcurrió con toda normalidad- pusimos rumbo a Elciego, otro municipio de Álava, donde precisamente hace muchos años, en su ayuntamiento me invistieron cofrade del vino de Rioja y allí juré que únicamente bebería agua por prescripción facultativa. El objetivo: comer en "La Cueva" dos o tres calados bajo tierra. Por "los pelos" llegamos a comer a tiempo, pues estaba casi todo reservado y toda persona que llegó detrás nuestro se tuvo que ir. Es un putadón que te tengas que marchar a las tres y pico sin comer. Siempre estas cosas que nos pueden ocurrir tiene una lectura, y es que, si vas a comer fuera hay que reservar sitio antes, y sobre todo, cuando se va a pueblos que están turistizados.

La tarde la pasamos en la Plaza de Haro sentados en la terraza Nelson tomando unos combinados mientras veíamos preparar la "pedazo" orquesta que tocaría a la noche. Allí nos encontramos con Fernando, uno de los mejores enólogos de la zona y amante del Txakolí. Fernando es el enólogo de la bodega de nuestro amigo "El Poeta" en Briñas. Dicho de paso, mi amigo tiene una barca que este verano espero navegar por el río Ebro, y espero verle remar.

A la hora de la repartición de los chorizos al vino, por una conocida peña jarrera, decidimos volver a Orduña y llegar a tiempo para ver el Cielo que cubre nuestra bodega y viñedos vuelo con motor.

Para ilustrar el artículo dejo mis fotografías sacadas con mi maravillosa cámara, que cada vez la uso más y la entiendo menos.

Un día esplendido en tierras con nombre de vino y excelentes caldos. En Haro capital del Rioja los termómetros marcaban 33º a la sombre a las 20:00 horas.