A las 7:00 horas del pasado sábado 28 de Mayo un grupo compuesto por jóvenes y mayores de Orduña y sus aledaños, pertenecientes a la asociación de Ganaderos "Bedarbide" salimos hacía Burdeos con una objetivo común.
Burdeos no sólo es la capital de vino en Francia, sino que atravesada por su río Garona, con una población de 240.000 habitantes y una cornubación de alrededor 1800000 habitantes es la octava urbe más poblada en Francia, según nos informó el guia. Con él, pudimos disfrutar y conocer una ciudad de exquisita arquitectura y los edificios más representativos de esta bella ciudad con sus calles peatonales y empedradas. Allí no se veía ninguna colilla por el suelo ni fachadas pintadas o empapeladas.
Uno de los lugares que me llamó la atención fue donde aparcamos el autobús para empezar la visita, la explanada de Quincoces, con más de 12 hectáreas en pleno centro.
De las edificaciones me llamó mucho la atención la grandeza del Gran Teatro del siglo XVIII custodiado por 12 musas.
Burdeos es una ciudad para verla y que no te lo cuenten porque si algo merece la pena ver, son sus preciosos lagos. Sentada en un banco en el parque y muy cerca del hotel Mercure se encuentra uno de ellos que dentro de 15 días le van a reconocer como la Playa artificial de Burdeos.
Dos días sin par a orillas del Garona donde la Personalidad, el Poder, la Identidad, y el Potencial, es la carta de presentación no sólo de sus vinos, sino de la Ciudad de Burdeos nombrada en Junio de 2007 junto a su Puerto de la Luna -por su forma- Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Para el recuerdo dejo algunas instantáneas que me llamaron poderosamente la atención, entre ellas, se encuentra nuestro guia francés.
Capitulos a parte serán nuestra visita a la Feria y mi encuentro con una estupenda familia vasca de Zarautz en Burdeos.
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