sábado, 14 de abril de 2012

TXAKOLI GURE AHALEGINAK Y LA POESIA DE ANTONIO MOLINA "Antoñito"







El pasado jueves con motivo de la inauguración.exposición "Cata de Arte y Txakoli camino de aromas y experiencias", a la cual asistí en representación del txakolí Gure Ahaleginak de Orduña, tuve el placer de conocer y charlar con el escritor y poeta Antonio Molina más conocido como "Antoñito".

Antoñito es aquel niño de los años cincuenta, motivados por la precariedad, sus padres emigran de Andalucía a Orduña y se instalan en la famosa casa orduñesa más conocida como "la casa de goma" hoy día, parte rehabilitada.

Cerca de la casa de goma, viven un matrimonio que dedicados a la labranza, que bastantes años después llegan a ser los protagonistas del Libro "Los Ángeles están en Orduña" escrito por Antoñito, el niño que se tomaba los "calostros" de las vacas de Abelino y Basilia.

A través de los ojos inocentes de un niño, Molina logra situar al lector en una época de posguerra y auténtica necesidad en la que es imposible olvidar a los “ángeles buenos” que ayudaron a éste y a muchos otros niños a no perder la inocencia ni la esperanza. Un magnífico documento también sobre los trabajos y quehaceres diarios en un caserío de Orduña en los años 50.

Aquí dejo un poema de Antoñito dedicado a mi Ciudad.



Orduña


Tus piedras tiran.
Tiran sus gentes y tu hermosura.
Fluyen de tus calles y tus callejas
vientos de cielo, vientos de tierra.
Tus monumentos y tu soltura
mecen los sueños del caminante.
Perderse en ella es la locura
del que a ti se acerca a escudriñarte.
Buscando sueños y sus vivencias.
Campos repletos de vida propia
donde deambulan los labradores,
buscando en ellos supervivencia
para el duro invierno que esperan.
Pero el buen Dios a ellos no deja
Molina



1 comentario:

antonio molina medina dijo...

Gracias querida Maite…
No me cabe la menor duda, que por tus venas corre gotas de sangre, mezcla de aquellos años 48, donde mujeres con corazón que, caminando entre tinieblas eran calor y hermosura que campaban por las piezas, recogiendo las espigas que el buen dios nos dio en esa tu tierra.

Un abrazo

antonio