El domingo quedamos el grupo para desayunar a las 8,15 horas para después estar a las 9 de la mañana en la Feria, que se encontraba a escasos 300 metros del hotel Mercure.
El desayuno fue lo que mejor hicimos, al menos teníamos mantequilla, mermeladas, jamón cocido leche, café o colacao y zumo "artificial" así como azúcar a discreción. Los franceses usan un solo azucarillo y es minúsculo.
El camarero era el mismo que nos atendió en la comida y en la cena y a menudo salía a la sala y levantaba el cuello haciendo el ademán de que supervisaba todo y que no faltaba de nada, pero en realidad faltaba de todo y no nos reponía. De todos los hoteles que he estado hasta este momento en cuento a gastronomía suspende redondo. Para comer como en el País Vasco en ningún sitio del mundo mundial.
Y llegamos a la Feria. Ropa, artículos de regalo, menage de cocina, dulces, charcutería, vinos, quesos, panes, bolsos, artesanía del País Vasco Francés, Cocinas, Tejas, piscinas, caravanas, casetas prefabricadas para jardines, coches, y ganado con sus accesorios pudimos ver en una Feria Internacional de ocho días de duración.
A las seis de la tarde con puntualidad Euskaldun, partíamos del hotel bordelés, la compañía de autobuses "Sobron", nos trajo de regreso a nuestra Ciudad Orduña.
1 comentario:
Pero las galletas de Burdeos doy fe de que están buenisisismas!!!Por cierto Maite, te quedan más partes que publicar del viaje?un besazo
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