Después de asistir a la mañana al pueblo de Labastida a su última jornada del II Mercado Medieval, -como estaba programado- me fui con Txetxu a Gasteiz.
Aún antes de comer nos dio tiempo para tomarnos un par de Txakolis. Lo que se dice txakoli fue uno, porque el otro le dijimos que no era txakoli porque no llevaba contraetiqueta y para rematar en vista, nariz y boca suspendía. El Sr. que nos atendió -observado por dos chicas ayudantes-le dijo a Txetxu que era Txakoli de Alava, a lo que este le respondió que sería de Burgos porque los de Alava no hacen eso. En cuanto a la etiqueta, tenía la marca Txakoli. Dejo una foto del bar de Vitoria, para que sepáis donde no tenéis que pedir txakolí y al poder ser denunciarlo.
En casa de mi amiga Txelo fue la comida. De entrantes nos puso unos productos muy seleccionados -que estaban para comer con las manos- para evitar el contacto que el tenedor, pero la educación es ya cultura. Únicamente el marisco comimos con las manos por lo anteriormente citado.
El solomillo hablaba solo, como es natural. A esta jornada gastronómica lo acompañó de un cava brut nature y un tinto reserva de la D.O.C. Rioja. Excelente maridaje.
La carne fué adquirida en la carnicería de la madre del jugador del Athletic Toquero. Excelente como su hijo el jugador.El postre pastelitos de bocado acompañados de café que fue el entrante de la sobremesa que se alargo hasta la hora de irnos a ver las fiestas del barrio cercano Sansomendi.
Del Castillo del Ocio a Sansomendi, un paseo que vino bien para bajar alguna caloría.
Metidos en plenas fiestas, barracas, y pudimos ver una actuación mexicana. La cantante cantaba en fin... digamos que a su bola y estilo.
Aquí dejo unas fotografías para recuerdo de una jornada completa, donde caminamos por lo diferente.
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