Ayer el pueblo de Arredondo- la capital del mundo- según se escuchaba, se llenó de visitantes que acudimos unos por primera vez como es mi caso, y otros veteranos para ver la tradicional feria de Todos los Santos. Los que madrugamos pudimos evitar las largas colas de coches que se formaron a lo largo del mediodía y aparcar en las campas habilitadas para la ocasión por un módico precio de 3 euros, no obstante el colapso llegó a todos los accesos con coches aparcados por todas las cunetas.
Respecto al ganado participante, ovejas y cabras eran las protagonistas, situadas entorno a la iglesia parroquial de San Pelayo. También pude ver burros y algún caballo, pero no así vacas.
Me llamó poderosamente la atención que un ganadero de Cangas de Onís con carneros sementales de uno a cuatro años, los vendía en torno a 1000 euros de hecho por uno de año y medio, pidió 1600 euros. Otro ganadero de Espinosa de los Monteros que estaba con cabras y chivos, las vendía entre 150 y 180 euros y los chivos a 250 euros.
También pastores vascos adquirieron ovejas para Bizkaia a 180 euros.
Y acompañando al ganado, también hubo puestos de artesanos, chacinería, queso, bisutería, ropa, calzado etc... que sumaban más de 200 puestos. En uno de ellos, compré "pedazo de queso de vaca en aceite" que tengo para repartir con mis hijos. A otro de artesanía le saqué unas fotografías de los trabajos que exponía y que dejaré para el recuerdo.
Cuando era imposible caminar, ya no se podía ver las cosas ni dar un paso dirigido-porque la gente te llevaba- eso fue una hora después del Angelus, decidimos abandonar la feria y poner rumbo al restaurante, donde tuvimos que esperar hora y media para acceder al comedor, estaba lleno hasta la bandera por dentro y por fuera, gente a la espera de poder comer a las 16:30 de la tarde. Si otro año, decido volver, reservaré sitio desde muy temprana hora, para que como ayer, a las 14:30 sentados a comer.
El lugar y restaurante impresionantes. Amplios comedores con una buena y abundante comida, a un precio asequible. Elegido con buen criterio, dado que mis amigos Félix y Justi asiduos de la Feria, todos los años van a comer al Restaurante Casa Tomás.
Josetxu, Marisa, Félix y Justi hasta la próxima.
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